A los 39 años y después de quedar afuera de la NBA, Pablo Prigioni acordó jugar una temporada más en su querido Baskonia (ex Tau Cerámica), el equipo donde brilló junto a Luis Scola antes que ambos se mudaran para jugar en Estados Unidos.
Sin embargo, por falta de motivación, el cordobés decidió "colgar las zapatillas" y cerrar su gran carrera. El club le rindió un merecido homenaje, este fin de semana, antes del partido frente al Bilbao Basket.
Vestido de civil, el base nacido en Río Tercero ingresó junto a sus dos hijos, quienes lucían la camiseta del Baskonia. Allí fue ovacionado por la multitud que colmó el estadio y que lo disfrutó en la cancha por 459 partidos.
Durante el homenaje, se emitió un vídeo especial que recordó su paso por la institución y se le entregó la camiseta que utilizó en su último partido, enmarcada y firmada por todos sus compañeros. Además, su nombre quedará inmortalizado con una camiseta gigante con su número 5 que se colocará en el techo del estadio, como se hace con las estrellas de cada club.