No les importó ninguna de las 71 vidas que se perdieron en la tragedia aérea que enlutó al fútbol y a todo el mundo. Ni siquiera tomaron medidas para prevenir sus propias muertes.
Esa es la triste conclusión que se desprende de los peritajes que realizó la Aeronáutica Civil de Colombia sobre el vuelo de LAMIA. "Ellos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente", aseguró el coronel Fredy Bonilla tras estudiar las grabaciones de la cabina de mando.
"Los pilotos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente", señaló el coronel colombiano.
De acuerdo a la conversación que tuvieron minutos antes del impacto, estudiaron aterrizar para recargar combustible en Leticia o Bogotá, pero finalmente se arriesgaron. Y es más: cuando se apagaron los motores, no informaron ni a las autoridades ni a sus pasajeros la gravedad del problema. "En este punto, tenían dos motores apagados y la tripulación no ha hecho ningún reporte de su situación, que era crítica, y continúa reportando de forma normal", resaltó el funcionario.
Encima, entre otras irregularidades, el avión llevaba "un peso superior al permitido por los manuales", informó Bonilla. "No se cumplió el plan de vuelo. Todo está involucrado en un factor humano y gerencial", sentenció.