Juan Pablo tiene 18 años y es el repartidor que le llevó churros a Lionel Messi hasta el barrio privado de Kentucky. El 10 había hecho el pedido en una churrería de Funes para la que el joven trabaja y le asignaron el envío.
En Noticiero Doce, el trabajador recordó que primero se quejó porque “no quería llevar un pedido hasta Kentucky” pero después “todo se fue dando”. “Llegué y estaba toda la gente afuera esperando a ver si salía Messi”, comentó.
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Según dijo, el guardia de seguridad del country bromeó con que estaba “con suerte porque le estaba llevando churros a Messi”. “Yo no les creía. Entré nervioso y temblando, miraba al cielo y decía ‘qué lindo sería cruzarlo y que me dé la oportunidad Dios’”, reveló Juan Pablo.
Cuando llegó a la casa del campeón del mundo, el delivery vio que había vecinos afuera esperándolo y más seguridad. “Me decían que me sacara fotos y yo temblaba. Estaba con un nudo en la garganta, no podía creer a dónde estaba pisando”, sumó.
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Juan Pablo relató que le abrió la puerta un amigo del capitán de la Scaloneta y de atrás se asomó “una cabecita conocida”. “Yo saludé con respeto. De fondo veo que aparece Messi, estiré el brazo y, emocionado, pregunté si podía sacar una foto”, agregó y siguió: “No se pudo dar pero yo estaba muy emocionado”.
“Me retiré del country y cuando estaba por la avenida principal del Kentucky me largué a llorar de la emoción, lo primero que hice fue llamar a mi mamá”, expresó. Por último, comentó que al llegar a la churrería nadie lo podía creer. “Nos compró churros el campeón, Messi”, concluyó aún sin poder creer lo que vivió.