Tanta bronca contenida, tanta tensión acumulada y tanta angustia vivida, que no fue extraño que los hinchas de la celeste y blanca festejaran el triunfo contra Nigeria como si fueran los campeones del Mundial. Pero sí llamó la atención que se celebrara la victoria argentina con la misma pasión en Bangladesh.
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Los asiáticos de este país aman el juego de nuestra Selección y endiosan a Messi. Entienden y viven nuestra pasión, pero parecen ser más fieles a la hora de las malas actuaciones. Pero, ¿a qué se debió que caravanas de bangladesíes festejaran el gol de Marcos Rojo como propio a 17 mil kilómetros de Sudamérica?
Exactamente, el origen de la veneración por el equipo que hoy dirige Sampaoli se desconoce. Existen varias teorías que fueron publicadas por los usuarios de Internet cuando se viralizaron las muestras de este fanatismo que aún sigue siendo difícil de creer.
Algunos hablan de una muestra de gratitud patriótica por haber recibido un supuesto asistencialismo argentino del gobierno de Lanusse; otra teoría, más verosímil, especula con una identificación política y connacional que habría nacido en la guerra de Malvinas, especulación apoyada en que los habitantes de Bangladesh tienen un mal recuerdo del período de colonia británica.
No hay certezas del inicio del romance, pero casi todas las opiniones coinciden en un dato significativo: el sentimiento para con Argentina se transformó en significativo cuando Maradona le hizo dos goles a los ingleses en México 86. Con el paso de los años este amor creció. Hasta hubo grandes muestras de apoyo popular en la capital Daca durante el 1994 cuando el 10 fue excluido del Mundial de Estados Unidos.
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La hinchada foránea consideran a Messi como su natural (y “místico”) heredero futbolístico del Diego. Durante la gira de la Selección Argentina en el 2011 por Bangladesh para jugar un amistoso, casualmente contra Nigeria, el amor por Leo se agigantó y se volvió incondicional.