Lionel Messi ni siquiera esperó que termine el partido para levantarse de la tribuna y no mirar más el 6-1 de España a Argentina. Con cara de máxima preocupación, se paró del palco y marchó directamente hacia el vestuario.
Allí esperó a sus compañeros y fue el encargado de tomar la palabra para recuperar los golpeadísimos ánimos de sus compañeros. Como se sabe, los discursos no son lo suyo, pero pocas palabras fueron suficientes para comenzar el cambio de chip.
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"Levanten la cabeza, que esto lo vamos a sacar todos juntos", dijo ante la mirada de todo el plantel y cuerpo técnico. Además, sabiendo el aluvión de críticas que iba a llegar de la gente y la prensa, pidió mantener la tranquilidad.
"Levanten la cabeza, que esto lo vamos a sacar todos juntos", les dijo Messi a sus compañeros.
Jorge Sampaoli admitió que Lio tuvo un papel activo en poner paños fríos. "Messi acompañó al grupo todo el tiempo. Nos acompañó en el vestuario, está muy metido en lo que es la Copa del Mundo", dijo en la conferencia posterior a la goleada.
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Pero en lo que no hay tanta frialdad es en el debate por la forma de juego de la Selección. El plantel ya cambió la idea de jugar con tres en el fondo y ahora forzaría una nueva alternativa: usar un clásico 4-4-2, más conservador, para no "suicidarse" ante las potencias mundiales.