Al podio de las historias de amor de los Juegos Olímpicos, se lo ganó una pareja china. Los cientos de espectadores que miraban la premiación de la competencia de saltos fueron testigos de une escena romántica conmovedora.
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Qin Kai conquistó el corazón de su amada. Se arrodilló y con un anillo de oro en sus manos le pidió matrimonio. La atleta, entre las lágrimas por haber conseguido una medalla de plata y el gesto de su novio, hizo suspirar a todo el estadio.
He Zi le dijo que si, a la propuesta de casamiento y se colgó su presea. Qin también se llevó la suya. Ganó el bronce en saltos sincronizados.