En 1986 no había tantas cámaras en los partidos. Tampoco los árbitros de fútbol tenían intercomunicadores con sus jueces de línea. De cualquer manera, nada de eso asegura que el gol con la mano que Diego Maradona le convirtió a los ingleses, hubiese sido detectado y anulado.
Muy pocos culparon al encargado de impartir justicia en ese encuentro de cuartos de final del Mundial de México. Simplemente, porque ni viéndolo por televisión estaba claro que el 10 argentino la había tocado con su puño y no con la cabeza.
El árbitro se llamaba Ali Bennaceur y era de Túnez. Este fin de semana, recibió la visita del propio Maradona, autor hace 29 años de aquel polémico gol y, minutos después, del mejor de la historia de los mundiales.
Diego le regaló una camiseta argentina y el juez le obsequió una fotografía de aquel histórico día que tenía colgada en un cuadro en su casa. “'Para Ali, mi amigo eterno'”, escribió Maradona en su cuenta de Facebook.