El inminente regreso de Matías Suárez a Belgrano copó la parada en los medios deportivos cordobeses. Y no es para menos teniendo en cuenta la historia del Oreja en el Pirata, repleta de matices que calaron hondo en el sentir de los hinchas celestes.
+ MIRÁ MÁS: Belgrano presentó la primera “figurita” de su álbum
Desde Alberdi dan por hecho que el surgido en Unión San Vicente iniciará su tercera etapa en la B y que su presentación oficial será el jueves o el viernes. Sin embargo, vale la pena repasar su trayectoria en el club para entender por qué el delantero genera tanta polémica entre los futboleros cordobeses.
"Deportivo Matías Suárez"
Matías Suárez debutó en Belgrano el 29 de octubre de 2006 en la derrota por 1 a 0 ante Arsenal de Sarandí en el viejo Chateau Carreras por la fecha 13 del Torneo Apertura. Aunque no se afianzó como titular, fue ganando terreno en el primer equipo, pero masticó bronca con el descenso a la Primera B Nacional a mediados de 2007.
¿Su primer gol? En una victoria ante Vélez por 3 a 0, el día en el que al arquero rival, Gastón Sessa, agredió al alcanzapelotas Pablo Heredia, que años después terminaría atajando en el primer equipo.
Una vez iniciado el "operativo retorno" del Pirata a la "A", el Oreja se erigió como el jugador emblema del plantel, con solo 19 años. Aquel extenso campeonato de 38 fechas lo tuvo en un nivel superlativo que dejó varias joyitas inolvidables para los hinchas.
Su primera gran intervención fue en un clásico contra Instituto, en el que se despachó con un doblete para que la B se impusiera 3 a 1 en el Chateau. Uno de sus tantos llegó tras una gran jugada individual, con caño incluido.
Poco tiempo después, metió uno de sus mejores goles en el Pirata en una victoria 2 a 0 sobre Atlético de Rafaela en Alberdi. La conquista llegó a través de una deliciosa "picadita" de zurda, su pierna inhábil.
El andar del equipo fue bastante irregular, pero le bastó para clasificar "a los tumbos" a la Promoción por un ascenso a Primera en 2008. Aquel plantel terminó la temporada bajo las órdenes de Mario Gómez y demostró la gran dependencia futbolística que tenía con Suárez, que hacía malabares en ataque para generar acciones de peligro.
¿Una perlita? No era extraño ver al técnico pirata vociferando a los defensores para que revolearan la pelota en búsqueda de "Matías". Más que Belgrano, era "Deportivo Matías Suárez".
Ese equipo cayó ante Racing de Avellaneda en aquella histórica serie en la que Claudio Bustos malogró una chance increíble en el partido de vuelta. Con ese traspié consumado, el Oreja se marchó al Anderlecht de Bélgica, en donde hizo una gran carrera colectiva e individual.
Regreso a casa
Después de ocho años en Europa e igual cantidad de títulos en el elenco belga, Suárez volvió a Belgrano. Otras de sus motivaciones fueron los atentados terroristas en el aeropuerto y en el subte de Bruselas. De esta manera, el Oreja puso la firma en julio de 2016.
Tras su vuelta a Alberdi, Matías Suárez alternó buenas y malas en su primera temporada. Sufrió la insólita eliminación de Belgrano en la Copa Sudamericana ante Coritiba, pero también se dio el gusto de marcarle a Talleres en un empate 1 a 1 en un Kempes repleto de matadores.
En la Superliga 2017/18 se vio la mejor versión del delantero en la B, en la que marcó cinco goles y fue parte importante de un equipo que peleó para clasificar a copas internacionales hasta el final pero que se quedó con las manos vacías.
Su último torneo en el Pirata fue la Superliga 2018/19, que no pudo completar por su intempestiva salida a River, que muchos hinchas de Belgrano jamás le perdonaron. Iban 15 fechas del certamen y el conjunto dirigido en ese entonces por Diego Osella peleaba desesperadamente por salvarse del descenso.
Antes de su traspaso al Millonario, hizo al que catalogó como "su mejor gol en Belgrano". Fue en la victoria por 2 a 1 ante Estudiantes de La Plata en Alberdi. Recibió un saque lateral, le metió un "sombrerito" a su marca, gambeteó un rival y definió con clase. categoría pura.
Sin embargo, en el receso de enero de 2019 y con diez partidos por jugarse, Suárez dejó el Barco Pirata y se sumó al conjunto de Marcelo Gallardo. Una herida que sigue abierta en los celestes.
Una cicatriz que no cierra
El pase de Suárez a River fue visto por los hinchas de Belgrano como un acto de "alta traición". Sus detractores argumentan que el Oreja era el "jugador franquicia" del club y que abandonó el equipo cuando más se lo necesitaba.
Los más enojados dirán que si la B contaba con el ex-River para la decena de encuentros que quedaban, el Pirata mantenía la categoría. Sin embargo, cabe mencionar que el club de Alberdi había tenido una pésima temporada 2016/17 y otra mala campaña en 2018 con Lucas Bernardi y el mencionado Osella como entrenadores.
En la otra vereda están los que bancan al ex-Anderlecht y remarcan que la decisión del atacante se basó puramente en lo profesional y que su traspaso a River significó un evidente salto de calidad en su carrera.
Este debate interminable cobró más fuerza aún al confirmarse su tercer etapa en la B. A partir de allí, las aguas volvieron a abrirse y las redes sociales se convirtieron en la meca de las discusiones y encuestas.
Mientras algunos defenestran a Suárez y niegan cualquier posibilidad de perdón, otros se preparan para recibir con los brazos abiertos al hijo pródigo que vuelve una vez más a su casa.