Seguramente, pasar el Día del Padre lejos de sus familias debe haber provocado más de un lamento en el corazón de la Selección Argentina que busca la Copa América Centenario.
Para disimular un poco los sentimientos y, de paso, festejar el 4-1 ante Venezuela, el plantel decidió salir a comer afuera y visitó la parrilla argentina Tango Arlington.
Para los dueños del local de Boston, Estados Unidos, el impacto de tener a Messi como cliente fue gigante. Tal es así, que una vez que terminó el banquete retiraron la silla que usó el 10.
"Le vamos a poner una placa y no se usa más", aseguró uno de los encargados. Además de los balones de oro y una larga lista de premios, Lio ya tiene un homenaje de lo más insólito.