Los padres de Nahuel Molina "sufrieron el desarraigo" de su hijo: a los 11 años partió de su Embalse natal, una decisión que marcaría su vida y su carrera. Pero su familia, hoy más que nunca, saben que valió la pena y el sacrificio.
Tras consagrarse campeón de la Copa América con la Selección Argentina, en un torneo en el que jugó de titular casi todos los partidos, su papá Hugo recibió a El Doce en su casa de la localidad cordobesa.
"Haberlo hecho jugar en el patio de casa y verlo hoy en la Selección es muy emocionante"
Tras la consagración, Nahuel les hizo una videollamada desde el vestuario para compartir el festejo en familia y conmoverlos "hasta las lágrimas". "Haberlo hecho jugar en el patio de casa y verlo hoy en la Selección es muy emocionante", expresó Hugo en el móvil en vivo de Arriba Córdoba.
Sus comienzos no fueron fáciles: el actual jugador de Udinese de Italia dejó su casa a los 11 años para probarse en el proyecto Barcelona en Buenos Aires y después pasó a las inferiores de Boca, donde debutó en Primera División. Luego jugó en Defensa y Justicia y Rosario Central, hasta emigrar a Europa.
"Tuvimos que ir varias veces a Buenos Aires a acompañarlo, pero nunca me mencionó volver. Sabía que quería ser jugador de fútbol", contó Molina.
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"En el proyecto Barcelona empezó jugando de centrodelantero, en Boca lo fueron corriendo para el costado y terminó siendo marcador de punta", reveló Hugo, orgulloso del juego prolijo y atrevido de su hijo. "No tiene techo, eso es muy bueno", reconoció.
Ahora los padres de Nahuel Molina esperan por el reencuentro: llevan un año y medio sin ver cara a cara al lateral de 23 años debido a la pandemia. "Estoy esperando para abrazarlo", manifestó Hugo.
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