Brochas, pinturas, rodillos, pinceles, escaleras, andamios, ganas de mancharse y mucha pasión. La movida de los murales futboleros en Córdoba es mucho más que juntar "diez tipos" e ir a pintar una pared. Las historias de sacrificio, amor por los colores, perfeccionismo y dedicación se multiplican e inundan las calles de la ciudad con el color del folclore del fútbol.
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Quedó lejano, allá por 2016, aquel furor desordenado por pintar cuanta pared, baldío o poste de luz estuviera libre en la capital provincial. El presente encuentra a las agrupaciones muraleras de los equipos de Córdoba mucho más organizadas, con aceitadas logísticas para lidiar con imprevistos, permisos, horarios y una crisis económica de la que nadie es ajeno.
En la previa del clásico entre Instituto y Talleres, el primero de la seguidilla que habrá entre equipos cordobeses en la Liga Profesional, ElDoce.tv habló con referentes de grupos que pintan las paredes de la Docta con sus colores más queridos: el rojo y el blanco y el azul y blanco.
Un bonus track: los representantes de Belgrano y de Racing de Nueva Italia también revelaron detalles de una pasión que va mucho más allá de 90 minutos en una tribuna.
Una cuestión de sentimiento
Las organizaciones de la "Glo" y de la "T" surgieron de la misma manera: por el lazo que se forja en el barrio y en la cancha. MarTín (así, con la "T" mayúscula), integrante de "Puevlo Colón" (así, con "V", para evitar la "B" de Belgrano), una de las organizaciones que le pinta a Talleres, cuenta su origen: "Somos amigos de la tribuna. La mayoría somos de barrio Colón, pero también hay pibes de Maipú y Urquiza".
Sin embargo, los orígenes de las agrupaciones que le ponen color a la ciudad se asocian estrechamente al sentimiento desinteresado. "Hacemos esto a pulmón, por amor a los colores, muchas veces poniendo plata de nuestro bolsillo y resignando horas con la familia", es la respuesta que funciona como denominador común.
Uno de los murales pintados por "Puevlo Colón".
A varias cuadras de distancia, más precisamente en Alta Córdoba, está la zona de influencia de "Vida al Barrio", un conjunto de pibes y pibas que arrancaron pintando el Monumental, le agarraron el gustito al pincel y sueñan con llegar a los 100 murales.
"En los viajes de visitante veíamos los alrededores, las esquinas y las casas, todos pintados. Después de un viaje a San Juan por Copa Argentina sobró plata y decidimos comprar pinturas y rodillos para pintar el club", cuenta Facundo, quien afirmó que en la banda hay gente de barrios como Alta Córdoba (obviamente), Cofico, Marqués de Sobremonte, Talleres, Ampliación América, Residencial América y Ayacucho.
Organización
Aunque no tienen días fijos para pintar, tanto "Vida al Barrio" como "Puevlo Colón" se ordenan con tiempo para llevar a cabo sus acciones. "Decidimos un día y tratamos de ser por lo menos cuatro o cinco. Mientras algunos dibujan y pintan el mural, otros pintan los postes de luz del sector. Tratamos de hacerlo los días que no juega Talleres o los que juega de visitante", explica MarTín.
Los "pintores" gloriosos tampoco tienen días fijos para el arte. "En el grupo somos 50, pero los que nos movemos somos 16. Laburamos de noche porque de día es difícil por el laburo", detalla Facundo.
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El lugar físico para pintar tampoco es algo que se toma a la ligera ya que diferentes factores entran en juego. Los de la "T" tienen influencia en la zona del antiguo "Pueblo Colón", que aglomera los barrios Colón, Urquiza y Maipú, por lo que su modus operandi es simple: tocar la puerta de sus vecinos de toda la vida y preguntar si se puede pintar o no.
"Hasta una familia de hinchas de Belgrano nos dejó pintar porque estaban cansados de que le 'escracharan' la casa", revela el "artista" matador. Admite que tuvieron problemas con vecinos y la Policía en tiempos de furor muralero, a los que también definió como una "guerra diaria" con los de la "B" por pintar cuanta pared y poste estuviera vacante en el sector.
"Vida al Barrio" trabaja parecido pero habilitó un canal de comunicación para que los hinchas de Instituto les escriban por redes sociales. Les piden que les pinten la casa, una pared o les alertan de un muro, plaza o baldío apto para "activar" la veta artística. Aunque Facu aclara: "Las paredes que no tienen un referente de Instituto, preguntamos. Siempre laburamos con permiso".
Una de las tantas esquinas de Alta Córdoba intervenidas por los pibes de "Vida al Barrio".
"Filtramos los pedidos: si tienen ganas de colaborar, perfecto. Como somos un organización sin fines de lucro pedimos materiales de trabajo, alguna que otra cerveza, un vinito y un asadito para compartir. Nos escribe muchísima gente, del interior también. Ya fuimos a Villa Allende, Cosquín y queremos ir a Villa María", asegura Facundo.
Además, las organizaciones que pintan los colores de sus clubes deben mantener cierta comunicación para coordinar con la Municipalidad los espacios permitidos para pintar. "Tenemos relación con 'Murales CAB' y con 'Pintadas Albiazules' (otra banda que le pinta a Talleres en toda Córdoba). Solemos hablar y estamos al tanto de los trabajos de la 'Muni' por el tema de administrar los espacios", agrega.
"¿Y de dónde sacan la plata para pintar?", podría preguntarse un hijo de vecino, ajeno a la movida muralera. Las iniciativas incluyen rifas, venta de productos que varían desde remeras, pilusos y calcomanías hasta cerveza artesanal, siempre acompañados por los donativos de los hinchas.
"Puevlo Colón" comercializa estas cervezas artesanales de colección con motivos de la historia albiazul.
La faceta artística
Aunque ninguno de los integrantes fijos de "Puevlo Colón" y "Vida al Barrio" se dedica al arte de manera profesional o en la calle, todos se dan maña para dibujar y pintar. "Estamos implementando el concepto de 'mural exprés', que consiste dibujar y pintar el mismo día. Lo hacemos de noche para usar el proyector, lo que permite hacer cosas raras y locas", cuentan los de Instituto.
"Ninguno es artista profesional. Hay dos o tres que dibujan a mano alzada, pero el resto somos caraduras", añaden.
MarTín cuenta que tenían un chico que era artista y que los ayudó en tres murales. Y reconoció que contrataron otro entendido del tema para aplicar la técnica de realismo en diseños que incluyen a La Mona Jiménez, Amadeo Nuccetelli y Frank Darío Kudelka, entre otros.
"Hasta el dibujante Palmas se acercó a ayudar y firmó un mural que habíamos hecho con sus dibujos", agrega el albiazul.
Palmas firmó uno de los murales de los chicos de "Puevlo Colón".
Murales inclusivos
Además de salpicar las calles con los colores de Talleres, "Puevlo Colón" contribuye a la vida diaria del club y propuso una iniciativa original para incluir a las personas ciegas en sus iniciativas. Uno de sus proyectos es hacer una revista con sistema Braille y están buscando sponsors para llevarla a cabo y entregarla en la entrada de la cancha.
Y no solo eso, sino que a cinco obras que hicieron le agregarán plaquetas con inscripciones en Braille, para que todos puedan apreciar el arte y la pasión por los colores azul y blanco.
Uno de los murales a los que se le agregarán plaquetas en sistema Braille.
Códigos
Los consultados por ElDoce.tv enfatizan en el esfuerzo, tiempo y sacrificio que supone su tarea "artística", la que muchas veces no es respetada por los vándalos ocasionales que escrachan sus murales.
Por eso son tan importantes los códigos entre muraleros. "Se respetan un montón. La regla es que no se daña una pared ajena, por el sacrificio y plata que se invierte", afirma Facu. En la misma línea, MarTín añade: "Los murales no se manchan porque son un gasto de tiempo, dejamos de estar tiempo con la familia para pintar un mural. A eso sumale el costo económico".
Esta realidad de intervenciones malintencionadas no opaca que entre las agrupaciones se respeten. "Siempre se ve lo que hacen los otros, es inevitable. Pero nos enfocamos en lo nuestro, sin provocar a nadie", coinciden los referentes consultados.
Piratas
Ajena al clásico del domingo, la banda muralera de Belgrano también le aporta su color a la ciudad con el mismo entusiasmo y devoción que sus primos de Alta Córdoba y Barrio Jardín.
Rulo es uno de los miembros de "Murales CAB", la agrupación encargada de llevar el celeste a las paredes cordobesas.
Aunque los hinchas de la "B" pintaban "hace más de 20 años", de acuerdo a los piratas más memoriosos, el grupo se afianzó y tomó su actual nombre en 2019, después de la titánica obra del mural de 800 metros de largo al frente de la Terminal de Ómnibus de la capital provincial.
A partir de ese momento, gente de diferentes barrios se fue sumando a la movida. Actualmente, entre 160 y 170 integran las filas de la banda celeste que pinta. Al igual que sus pares gloriosos y matadores, Rulo aclara que no hay días fijos para pintar, aunque lanza una aclaración con respecto a los lugares que se eligen para desplegar el "arte pirata".
"Tratamos que sean calles transitadas, lugares visibles. Preguntamos, golpeamos la puerta, pedimos autorización y que nos firmen un permiso para trabajar tranquilos. También mucha gente nos contacta por Instagram", explica.
"Murales CAB" tiene su propia bandera y la llevan a todos lados para seguir a Belgrano.
Con respecto a la organización y recaudación de fondos, "Murales CAB" recurre a métodos parecidos a los de sus primos. "En Instagram hacemos bingos, rifas, sorteos, bonos contribución de 500 pesos, todo para pagar los servicios del localcito en el que guardamos los insumos", aclara Rulo.
"Ahí tenemos proyectores y computadora para amplificar las imágenes. También tenemos lugar para hacer banderas", añade, aunque explica que no es raro que los hinchas les encarguen ir a pintar casas, quinchos e innumerable cantidad de piletas. "Nos hemos cansado de pintar piletas", afirma con orgullo.
Siempre resaltando que los hinchas de Belgrano son "pioneros en el arte de pintar murales en Córdoba", el referente de la "B" que habló con ElDoce.tv contó que en sus filas hay tatuadores y artistas, aunque la mayoría "va aprendiendo sobre la marcha".
Una de las creaciones de "Murales CAB" en la costanera, a la altura de barrio San Vicente.
En relación a los "códigos muraleros", desde "Murales CAB" también fueron tajantes: "Los murales se respetan, no se manchan ni nada. Mientras esté todo claro, va a estar todo bien". Tuvieron algunos "encontronazos" con hinchas de Instituto en barrio Marqués o con matadores en Güemes, pero no pasaron a mayores y los murales siguen inmaculados hasta el día de hoy.
Académicos
Los fanáticos de Racing de Nueva Italia no se quedan atrás y también le ponen el pecho a la situación económica para llenar de celeste y blanco las calles de Nueva Italia y barrios aledaños.
"Nos gustaría pintar muchísimo más pero no es fácil como parece: lleva su logística y tiempo. Ni hablar de los costos ya que cada día está todo más caro. Prácticamente todo se hace con nuestros aportes, alguna rifa y colaboración de hinchas", asegura Federico, miembro de "Barrio Albiceleste", una de las organizaciones que le pinta a Racing.
Las paredes de Nueva Italia demuestran el amor por la Academia cordobesa.
Parecido a sus pares de otros equipos, los de la calle Huberman tratan de elegir los lugares para pintar y, mediante autorización, le dan para adelante. Aunque también trabajan a demanda: "Pedidos nos hacen, como 'dibujen a tal jugador'. También nos han invitado a pintar a otras localidades".
Aunque tampoco cuentan con algún artista profesional, tienen "un chico que la descose con los moldes y otras técnicas". "Sí invitamos a un artista para hacer el principal mural que está en la fachada del estadio", explica.