Como los grandes equipos. Así pasó un tremendo sofocón el Real Madrid para estar una vez más en la final de la competición más importante del mundo futbolístico.
La ventaja de tres goles de la ida se esfumó casi por completo en apenas 16 minutos. Saúl, a los 11, y Griezmann, de penal, pusieron el 2-0 para los del Cholo Simeone.
Pero desde ahí el Merengue planchó el juego. Dominando la mitad de cancha y encontrando el fútbol de otras noches, se adueñó de la pelota y golpeó en el momento justo.
Benzema, con una jugada monumental sobre la línea, dejó solo a Kroos, que erró ante una atajada impecable de Oblak. En el rebote, Isco metió el pie y le compró el boleto a todo el Madrid para Cardiff: el 3 de junio, a las 15.45, será la gran final ante la Juventus de Paulo Dybala.
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