"La Superliga no procederá", dijo Andrea Agnelli, presidente de la Juventus, uno de los equipos fundadores del proyecto. Con estas palabras, el presidente del equipo italiano dió por finalizado el proyecto que había salido a la luz el pasado domingo, cuando 12 de los clubes más poderosos del mundo (Arsenal, Tottenham Hotspur, Chelsea, Manchester City, Manchester United, Liverpool, Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid, Inter de Milán, AC Milán y Juventus) anunciaron la creación de una Superliga Europea. El proyecto trataba de comenzar una competición donde los 15 clubes iban a competir un torneo continental, en el que ellos tendrían un lugar fijo y se iba a permitir el ingreso de cinco clubes más.
Sin embargo, todo resultó un escándalo. Desde hinchas, pasando por jugadores, e incluso hasta políticos y miembros de la realeza británica se opusieron a esta idea de una liga "elitista" que, según sus detractores, solo buscaba el beneficio económico.
A su vez, Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, órgano dirigencial del fútbol europeo, señaló que los 12 clubes "habían escupido en la cara del fútbol" y afirmó que iban a haber serias sanciones contra este empeño separatista.
+MIRÁ MÁS: Se cae la Superliga Europea: los clubes ingleses se bajan de la competencia
"Lo que querían instalar los clubes era un modelo de franquicias,, que es exitoso en EE.UU, pero en Europa se maneja de otra manera", comentaba Luis Fernando Restrepo, comentarista deportivo de la cadena Direct TV, que cubre la Liga Premier. En definitiva, los detractores de esta idea aseguraban que el único fin que se perseguía era el económico, ya que por ejemplo, al jugar solo los más grandes, se generaría mucho dinero por medio de grandes contratos televisivos.
Ante este marco, resulta interesante marcar los tres motivos más importantes por los que se dio marcha atrás. En primer lugar, la resistencia inglesa. En Reino Unido se registró el mayor rechazo a la idea de la Superliga. Apenas surgió la noticia, Boris Johnson, el primer ministro, fue uno de los primeros en reaccionar, y quien luego fue seguido por numerosas celebridades británicas.
Además, el príncipe William salió del luto real por el fallecimiento de su abuelo, y como presidente de la Federación Inglesa de Fútbol se manifestó en Twitter: "Comparto la preocupación de los aficionados ante la propuesta de la Superliga, ante el riesgo que conlleva de dañar este juego que tanto amamos". A esto hay que sumarle la voz de Pep Guardiola, actual entrenador del Manchester City, uno de los clubes firmantes del proyecto. Un deporte no es deporte cuando no existe relación entre el esfuerzo y la recompensa; cuando solo se garantiza el éxito a unos pocos, a los que no les importa perder", dijo en una rueda de prensa.Pero el rechazo a esta idea también se hizo notar en las canchas británicas. Los demás clubes de la Premier League rechazaron enérgicamente la salida de los llamados "seis grandes".
En segundo lugar, otro motivo central para el abandono de esta idea, es la férrea defensa de la UEFA. Apenas salió a la luz esta noticia, la UEFA sacó todas las armas para enfrentarse a la implementación de esta Superliga. Cabe recordar que la UEFA es quien organiza la Champions League, el mayor torneo continental de clubes, que entrega los réditos económicos que justamente se querían cambiar mediante este nuevo proyecto por parte de los grandes clubes. Una de las determinaciones que tomó dicho organismo y que resultó efectiva para que den marcha atrás con la idea, fue que los jugadores que iban a participar de dicha competencia no iban a poder ser parte de la Eurocopa de Naciones, ni en el Mundial de Fútbol. Fue allí que varios equipos manifestaron su preocupación por no poder disputar partidos con sus seleccionados. "No nos gusta, y no queremos que pase. Esa es nuestra posición colectiva", señaló Jordan Henderson, capital del Liverpool.
En tercer lugar, podemos señalar la falta de otros grandes que apoyen sólidamente este proyecto. Si bien se remarcó que la idea vino tras la salida en masa de los seis clubes ingleses, lo cierto es que el proyecto había recibido rechazos importantes que no le daban un buen augurio. De los 15 equipos fundadores con los que se preveía jugar, 12 firmaron el acuerdo de salida. El FC Bayern Munich fue el gran ausente. El club alemán, con seis Champions League en su haber, y sin duda uno de los nombres más potentes de Europa, no aceptó estar en la fundación de la Superliga. "Nuestros socios y aficionados rechazan una Superliga. Como FC Bayern, nuestro deseo y nuestro objetivo es que los clubes europeos vivan esta maravillosa y emocionante competición de la Champions League y la desarrollen junto con la UEFA. El FC Bayern dice no a la Superliga", afirmó Karl- Heinz Rummenigge, director general del club.