Juan Román Riquelme, junto con sus acompañantes del denominado 'Consejo de fútbol', deben resolver en las próximas horas qué sucederá con un grupo de futbolistas del plantel a partir de junio. Algunos de ellos tienen ofertas del exterior, a muchos se les vence el contrato, y a otros el préstamo. A su vez, existen futbolistas que se encuentran analizando una posible salida ante la falta de continuidad en el Xeneize.
Lisandro López, el defensor que volvió la titularidad luego de que Carlos Zambrano haya contraído coronavirus, tiene contrato hasta 2023, y es pretendido por el técnico. Sin embargo, el jugador había perdido el puesto con el defensor peruano, quien volvió a cederle el lugar por su contagio. En ese momento en que López aguardaba en el banco de suplentes (sin haber hecho méritos para perder la titularidad), su representante había expresado: "Si la situación no cambia, va a tener que salir".
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En el caso de Esteban Andrada, el arquero que se ha adueñado del arco de Boca con sus actuaciones, tiene contrato hasta 2023. El ex Lanús ya manifestó sus intenciones de jugar en el fútbol europeo, y su cláusula de rescisión es de 25 millones de dólares, cifra a la que todavía ninguno de los sondeos de equipos europeos se ha acercado. De todas maneras, desde la dirigencia de Boca están dispuestos a negociarlo en el próximo mercado en caso de que llegue al club una oferta seria. Esteban Rossi, por su parte, quiere conseguir mayor cantidad de minutos en otro club. Sin embargo, todavía no han llegado ofertas que la institución de La Boca acepte para concretar su salida.
El caso de Julio Buffarini es el más definido de todos. El consejo de fútbol decidió finalizar las negociaciones con el representante del jugador, por lo que el ex San Lorenzo se marchará de Boca en junio, salvo que aparezca un pedido expreso del técnico para con Riquelme. Por el lado de Emanuel Más, Russo había solicitado retenerlo en el plantel después de que el jugador arribara de un préstamo a la MLS. En los próximos 60 días se definirá si le van a ofrecer extender el vínculo con Boca, o si lo dejarán en libertad, con el contrato en su poder. El lateral ya sonó en algunos clubes argentinos, como Racing y Estudiantes de La Plata.
Mauro Zarate es otro jugador que está en duda para después de junio. "Estando así no me sirve seguir en Boca", había dicho el delantero. Su vínculo con el Xeneize finaliza en 60 días y todavía no se sentó a charlar sobre su renovación. Russo igual le demostró que lo quiere, al hacerle disputar 9 partidos, donde metió 3 goles. Soldano, por otro lado, renovó con Boca el préstamo a mediados del año pasado (el jugador pertenece al Olympiacos de Grecia).
El club de La Boca no hará uso de la opción de compra, por lo que el delantero probablemente se despida a mitad de año. Pavón, el delantero que hace unas semanas volvió de Estados Unidos de un préstamo, es del gusto del entrenador. Sin embargo, la relación entre quienes manejan al deportista y el Consejo de fútbol esta completamente rota. Cristian tiene un año más de contrato, y desde la dirigencia esperan que se revalorice con la continuidad que pretenden darle, y de esa manera se sentarán a escuchar ofertas en el próximo mercado. Finalmente, Villa, el delantero más desequilibrante que tiene Boca, renovó su contrato con el club hasta 2024, aunque afirman que en los próximos días vendrán desde el exterior para llevárselo. Su clausula de salida es de 30 millones de dólares.