A finales de diciembre de 2017, la expareja, Lucía Aguilera, de Rodrigo Burgos, lo denunció por haberla agredido físicamente luego de una discusión. A pesar de que en enero de este año un Juzgado de Garantías del Gran Asunción le otorgaran arresto domiciliario, podría continuar entrenando para el club paraguayo, Olimpa.
Sin embargo, este jueves la Justicia le revocó la prisión domiciliaria y esos permisos especiales para continuar con su trabajo como futbolista. Por esta razón, decretó una orden de captura y que sea recluido en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, en Asunción.
Esta medida fue tomada con el objetivo de ejercer la “protección de la víctima a fin de detener los actos de violencia contra la mujer agredida”. Además, según expresó el abogado de Aguilera, el ex Talleres no cumplía con las medidas impuestas por el juez, le enviaba mensajes amenazantes y “le coacciona para llegar a un acuerdo y pagar la camioneta que tienen en común. No pasa la cuota alimentaria”.
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Después de esta solicitud por parte de las autoridades, el futbolista se entregó en compañía de sus tres abogados en el Departamento de Seguridad de Eventos Deportivos, ubicada en Sanjonia. Aún resta que definan si lo remitirán a Tacumbú o alguna otra penitenciaría.