Rodrigo de Paul temía que fuera la última oportunidad de jugar una Copa del Mundo y que no volvieran a convocarlo en cuatro años. Sentía que el sueño de vestir la celeste y blanca en un Mundial se iba esfumando lentamente. Sin embargo, ahí estuvo Lionel Messi, que confió en él y lo ayudó a salir adelante.
El mediocampista de la Selección Argentina recordó en la serie de ESPN Campeones, cuando se lesionó durante un entrenamiento en Qatar a poco de los cuartos de final contra Países Bajos. El médico le recomendó no jugar porque existía un “80 por ciento” de probabilidades de que se agravara la lesión y quedara afuera: “Todo eso jugaba en mi cabeza”.
El jugador del Atlético de Madrid confesó que transitó una “noche muy dura” porque no sabía qué hacer. Y sin dudarlo, acudió a Messi: "Fui a la habitación, voy a hablar un rato con el Enano y el Enano me dice: 'No jugués'". Fue en ese instante en que la Pulga tuvo un rol clave: “No jugués, yo te voy a llevar a la semifinal, vos la semifinal la vas a jugar”.
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“Él sabe que lo adoro y le digo: 'Bueno Leo, pero voy a decidir yo, dejame decidir'. Y él se quedó como diciendo '¿no me escuchaste?'. Y me puse a llorar, lloré mucho esos días porque era muy difícil y aparte salió la noticia, entonces todos preocupados, mi vieja", lamentó.
Al día siguiente, horas antes de jugar contra Países Bajos, se sometió a una prueba física y Messi lo acompañó. “Me dijo: ‘Vamos, yo te banco, si vas a probar yo te banco’. Me acompañó, se quedó sentado en una pelota con el mate”, describió.
Después de ese estudio, tuvo otra charla con Lionel Scaloni y le dijo que estaba bien, aunque el entrenador le advirtió que si jugaba no lo podían sacar a los 10 minutos en los cuartos de final.
“Ahí para mí fue de mucho orgullo, de mucha admiración, porque él completamente me dejó decidir, él me escuchó a mí y confió en que, si yo le decía que estaba, estaba y que, si le decía que no estaba, no estaba", expresó agradecido.