¿Quién iba a imaginar que alguna vez Roger Federer se embriagaría? Lo cierto es que vivió una noche larga luego de obtener su octavo título de Wimbledon. Este lunes amaneció con resaca y apenas se acuerda de la fiesta.
El tenista venció al croata Marin Cilic en la final del domingo (6-3, 6-1, 6-4) y celebró su victoria en la tradicional cena de campeones. Pero eso no fue lo único que hizo, también salió a bailar a un pub de Londres acompañado por su familia y amigos.
“Me pesa la cabeza. Creo que mezclé demasiadas bebidas”, confesó en rueda de prensa con su voz ultratumba. “Pasamos un muy buen rato. Me fui a la cama a las cinco de la mañana y no me sentía muy bien cuando me desperté. Solo he empezado a sentirme bien hace un hora”, reveló el suizo.
Claramente, Roger Federer está muy poco habituado a los excesos y en este permitido se pasó de copas. Sin embargo, lo tenía muy merecido y debía salir a festejarlo como corresponde.