Otra vez la violencia marcó al fútbol argentino. En esta oportunidad la agresión no tuvo lugar en las tribunas entre los hinchas sino en el campo de juego a los tres minutos del partido entre Correa y Barraca, por la segunda fecha de la Liga de Cañada de Gómez.
El incidente ocurrió luego de que un jugador de Correa hiciera un gol. El festejo se vio abrumado cuando el equipo visitante comenzara a protestar por una supuesta mano en el área.
El árbitro, Lucas González, lo convalidó tras el apoyo del juez asistente, Marcelo Pereyra. Después de la excesiva protesta, expulsaron al arquero asistente. Esta medida lo hizo enfurecer y golpeó salvajemente a Pereyra, dejándolo inconsciente en el piso.
Inmediatamente fue asistido por los médicos y trasladado al hospital. Afortunadamente ya está fuera de peligro. El arquero fue detenido por la policía y pesa una denuncia en su contra por agresiones y lesiones.