Si bien los candidatos eran varios y con méritos más que válidos, la elección no podría haber sido otra: Luis Scola fue elegido como abanderado de los deportistas argentinos que buscarán la gloria en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
El basquetbolista no solo es un ejemplo adentro de la cancha, donde ya ganó dos medallas: el oro en Atenas 2004 y el bronce en Beijing 2008. Ambas llegaron de la mano de la "Generación Dorada", tal vez el mejor equipo en la historia del deporte nacional.
Afuera Scola también sumó argumentos. Su profesionalismo es poco habitual y le permite, con 36 años, seguir destacándose en los Toronto Raptors de la NBA. Su amor por la camiseta es indestructible: salvo alguna rara excepción, siempre que la Selección lo llamó dio el presente y fue pieza clave para la difícil clasificación en el Preolímpico de México.
Por todo eso, las repercusiones de la designación fueron inmediatas. Sus compañeros de equipo, con el cordobés Facundo Campazzo a la cabeza, lo felicitaron a través de Twitter.
Las cuentas oficiales de la Confederación Argentina de Básquet y el Comité Olímpico también anunciaron la novedad en la red social:
Tiempo atrás, "Luifa" había valorado la posibilidad de ser elegido: "Sería un logro gigante, uno de los mayores de mi carrera, por lo que representa, mucho más allá del deporte en sí". Ahora, será el segundo campeón olímpico en básquet en llevar la bandera nacional: el anterior fue nada más y nada menos que Emanuel Ginóbili, en 2008.