La número uno del tenis mundial, le puso un límite a la marca que la viste. Le advirtió que no se pondrá el modelo que la marca le propuso para el torneo de Wimbledon. Al parecer, está preocupada, porque la dejará muy expuesta y marcará demasiado sus pronunciadas curvas. Está claro, a la exitosa tenista poco le importa si detrás hay un contrato millonario.
Antes de reaccionar, vio y escuchó las opiniones de sus colegas que se calzaron el “camisón” tipo baby-doll. La checa Lucie Safarova jugó su primer partido con la prenda y admitió que no se sintió para nada cómoda. En cada golpe, todo el cuerpo de la jugadora mostró cada centímetro de piel. Esto le provocó innumerables comentarios en las redes sociales, a favor y en contra de la prenda.
Si bien, en este torneo todos los competidores ya sean hombres o mujeres deben vestir de color blanco, Serena le puso un límite a las modas y la tendencias. Por lo visto, no será solo se trata de un capricho de la mejor de todas.
Williams devolvió a Nike la indumentaria y exigió cambios urgentes.