El brutal ataque a un árbitro en un partido de fútbol amateur en Sarandí, Buenos Aires fue el puntapié inicial de una trágica historia que culminó con el sucidio del agresor, Williams Alexander Tapón, de 24 años.
El jugador que golpeó salvajemente al juez se quitó la vida cuando iba a ser detenido bajo la carátula de "homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo".
La víctima del ataque, de nombre Cristian Paniagua, había quedado inconsciente y, tras recibir atención médica y volver en sí, fue a ratificar la denuncia que se había hecho de oficio. La causa quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Avellaneda, a cargo del fiscal Mariano Zitto.
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Luego de que se viralizara la agresión de Tapón a Paniagua, la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) había decidido prohibirle el acceso a las canchas e intentar vía judicial que no pudiera participar nunca más de campeonatos de fútbol.
Ante la trascendencia del hecho, el atacante había dado una entrevista en Canal 9 en la que mostró arrepentimiento y pidió disculpas al árbitro, aunque se escudó en que el uniformado "estaba cobrando todo para los otros y sacaba amarillas por todo".
Al conocer que iba a ser detenido, Tapón se pegó un tiro y fue encontrado sin vida al lado de las vías del ferrocarril Roca, a la altura de General Paz.