Pocas cosas son más placenteras para el hincha cordobés que viajar a ver a su equipo de visitante. En avión, micro o en auto particular, los fanáticos recorren cientos -y hasta miles- de kilómetros para seguir a sus colores y llevar un pedacito de su club a los lugares más recónditos.
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Subirse al colectivo vestido con los colores que ocupan el corazón, pasar horas recorriendo una ruta junto a desconocidos que terminan siendo “hermanos” y olvidarse de todo, son los condimentos que hacen de este tipo de viajes una experiencia ineludible para un futbolero que se precie de tal. Y si acompañan el ritmo del cuarteto y algún que otro "fernecito" o brebaje espirituoso, mejor.
La histórica movilización de alrededor de 20 mil hinchas de Belgrano al estadio Carlos Augusto Mercado Luna de La Rioja dejó en un segundo plano la noticia de que el Pirata superó por penales a Platense en los 32avos de final de la Copa Argentina.
A partir de esta auténtica marea celeste, los hinchas de la “B” “sacaron pecho” de la convocatoria e inundaron las redes sociales con fotos y videos de la histórica jornada en la tierra de la chaya.
Como no podía ser de otra manera en ámbitos del folclore futbolero, los “primos” de Talleres retrucaron la masividad de los piratas y trajeron a colación un éxodo popular de la hinchada albiazul en 1974, cuando la “T” comenzaba a cobrar gran protagonismo en el plano nacional.
De esta manera surge el siguiente interrogante: ¿cuál de las dos movilizaciones fue más grande? A continuación, un análisis de ambas caravanas que quedarán para siempre en la memoria del fútbol de Córdoba.
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El día que Avellaneda fue Barrio Jardín
El 15 de septiembre de 1974, un Talleres puntero de la Zona B del Torneo Nacional enfrentó a River en la cancha de Racing, el Cilindro de Avellaneda. El empate 1 a 1 quedó meramente en lo anecdótico, ya que tuvo lugar una impresionante invasión de matadores, que llenaron de color la localidad bonaerense y dieron comienzo a lo que la prensa porteña llamó como “El Boom Talleres”.
Algunas crónicas señalaron una convocatoria de 14 mil albiazules y hasta se barajó una cifra aproximada a los 20 mil cordobeses. Dos aviones “charters”, 140 “bondis”, trenes y autos particulares integraron la “flota” matadora. “Fue un cordobazo”, tituló la revista Goles. Por su parte, El Gráfico puso en la portada: “Un hito y una jornada histórica para el fútbol argentino”.
Fue tal el fervor demostrado por la parcialidad de la "T", que el enviado especial de La Voz del Interior cronicó: "Talleres fue en cancha de Racing el único dueño de una fiesta imponderable que no puede traducirse con pálidas palabras".
Lógicamente por la época, no hay muchos registros audiovisuales de la caravana, pero el éxodo masivo fue una verdadera sensación, en un contexto en el que los viajes de visitante no eran tan comunes como en la actualidad.
Además, cabe destacar que en aquellos años, a diferencia de hoy, casi no había autopistas, la contratación de colectivos para viajar no era tan accesible y las travesías eran más largas y menos cómodas. Nada de eso impidió que la fiesta matadora se trasladara al Cilindro.
Marea celeste en La Rioja
El día feriado por el 25 de mayo, los 500 kilómetros de distancia desde Córdoba a La Rioja, el horario favorable -a las 15- y el buen presente del equipo de Guillermo Farré fueron elementos claves que explican, en parte, la gran marea celeste.
Se esperaba una gran cantidad de gente de Belgrano, pero lo que sorprendió fue el impresionante éxodo de lo que diversos medios calcularon en “más de 20 mil personas”. Alrededor de 150 colectivos y muchos autos particulares trasladaron el carnaval pirata a la provincia vecina.
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Desde tempranas horas, los hinchas de la “B” se nuclearon principalmente en el camping Mario de la Vega, en las afueras de la ciudad. Asado, locro por la fecha patria, mamilas de “prittyau” y ferné se adueñaron de la tierra de la chaya que, obviamente, se vio relegada por la irrupción del cuarteto, que sonó a todo volumen.
El material audiovisual de la marea celeste tuvo repercusiones en todo el país, que se hizo eco de la llamada “Caravana Pirata”. Por su parte, el ministro de Desarrollo, Igualdad e Integración Social de La Rioja, Alfredo Menem, destacó “el gran desafío de recibir a más de 25 mil personas, solamente de Belgrano”.
Algunos miles más, algunos miles menos, los dos clubes más populares de Córdoba protagonizaron movilizaciones inolvidables y gozan de un arraigo popular envidiable para cualquier equipo del país que, en muchas ocasiones, recorren muchos menos kilómetros y llevan menos gente.