La derrota de Argentina ante Arabia Saudita trajo un manto de preocupación a su entrenador Lionel Scaloni y a todo un país que pasó de la ilusión a la desazón en 90 minutos. En un principio, el encuentro se presumía favorable al conjunto albiceleste, que comenzó ganando rápidamente con el gol de Lionel Messi de penal.
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En ese contexto favorable, la Selección pudo haber aumentado la diferencia ante el conjunto asiático, pero el llamado "offside semiautomático", una de las herramientas más novedosas del VAR, le ahogó tres gritos de gol.
El primero ocurrió a los 21 minutos del primer tiempo, cuando el "Papu" Gómez asistió exquisitamente a Messi, que trasladó y definió sin problemas ante el arquero Mohammed Al Owais. Sin embargo, el VAR detectó la posición adelantada del rosarino y el árbitro Slavko Vincic anuló la conquista.
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A los 26 minutos, el nacimiento de la jugada se repitió en los pies del "Papu", que metió un pase entre líneas para que Lautaro Martínez quedara de cara al arco saudí. El "Toro" definió con un recurso exquisito, picando la pelota para delirio de la multitud albiceleste.
No obstante, la herramienta tecnológica volvió a intervenir y ahogó el festejo argentino. En las imágenes que se difundieron en las pantallas del estadio Lusail se apreció que el hombro izquierdo estaba en fuera de juego por centímetros.
Por último, a los 34 apareció Messi con pelota dominada y dejó al delantero del Inter de Milán al frente de la valla rival. Gambeteó al arquero y convirtió de zurda, pero el tanto ya estaba invalidado. Este gol anulado fue el menos discutido por los jugadores ya que fue en una posición prohibido más evidente que las dos anteriores.
Cómo funciona el offside semiautomático
Los árbitros que están fuera de la cancha reciben alertas de posibles fueras de juego y evalúan las decisiones antes de ser comunicadas al árbitro principal, para que este tome la decisión definitiva.
Los espectadores también pueden ver el desarrollo del análisis de las jugadas a través de animaciones en 3D en las pantallas de los estadios.
12 cámaras de seguimiento específicas siguen la pelota y se colocan hasta 29 puntos de datos en cada jugador, 50 veces por segundo, para calcular su posición exacta en la cancha.
Además, las cámaras adicionales señalan las posiciones de los jugadores y las imágenes en movimiento de sus cuerpos. La pelota también tiene un sensor que envía datos a la sala de operaciones de video 500 veces por segundo para evaluar con precisión el momento de golpe.
La información sobre el punto de golpe seleccionado por el sensor de la pelota proporciona una imagen instantánea del escenario de offside a los árbitros del VAR.