Y de la maño de la Arañita, toda la vuelta vamos a dar, cantan en Calchín. Julián Álvarez fue, otra vez, una de las sensaciones del triunfo de Argentina sobre Australia. El cordobés fue nuevamente como titular y marcó el segundo gol de la Selección, que le terminó dando a la Scaloneta el pase definitivo a cuartos de final de la Copa del Mundo.
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Muy lejos de ahí, pero con el corazón muy cerca, familiares y amigos del delantero de 22 años, festejaron a lo loco y con mucha alegría. Aquellos que lo vieron dar sus primeros pasos en el fútbol no salen del orgullo y de la admiración.
No solo volvió a clasificar Argentina, la Araña volvió a convertir y empieza a ser decisivo para el equipo de Scaloni. El pequeño pueblo del este de Córdoba con poco más de 3 mil habitantes sueña con que Messi levante la Copa junto a Julián.
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Pocos minutos después del partido, el cordobés habló con la prensa y le dedicó lo que vive a su gente y en especial a su abuela Tita. "Siempre me manda algún mensaje o hablamos por videollamada. Es una alegría, ella está en el pueblo alentando y siempre nos acompañó, la quiero mucho", dijo el 9. Además, se mostró esperanzado con el presente con la Scaloneta, pero pidió ir "paso a paso" y pensar solo en Países Bajos.
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