Su vida se ha transformado en un ejemplo de amor a la vida, al sacrifico y al trabajo. Pero ahora hablan de ella, porque superó una barrera poco imaginada, se convirtió en modelo comercial.
La empresa Billabong la contrato para su línea de ropa atlética y deportiva, pero además con otras marcas se anima a los trajes de baño y la lencería.
Dice que gana mil dólares al día por campaña y se siente feliz, porque también es un fenómeno en las redes sociales. “Soy diferente y eso es sensual. No necesito piernas para serlo”, remata Kanya.
Es sin duda una mujer muy especial y sabe manejar su vida y lo que el mundo mira de ella. “Sí, la gente se queda observandome, ya que patino por la calzada de la playa Venice y surfeo, me miran. Pero, sabes, cuando se quedan observando solo me digo a mí misma: Está bien, genial, soy una celebridad“.