Ernesto Silva tiene 23 años y está vivo de milagro. Delincuentes lo sorprendieron en la puerta de su casa de barrio Puente Blanco y le robaron su moto. “Me tiraron a matar”, fue lo primero que dijo sobre el accionar de los motochoros y aseguró que dispararon incluso antes de “apoyar un pie en la calle”.
Silva contó que el hecho ocurrió en horas de la siesta, cuando llegó a su domicilio del trabajo y estacionó la moto en la vereda. Mientras abría el portón para ingresarla, lo abordaron cuatro ladrones en moto. “Ahí ya me tira el primer tiro y yo veo que me está apuntando arriba, iba a matarme”, expresó en Arriba Córdoba.
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El joven de 23 años admitió que estaba “cegado” en evitar el asalto porque la moto apenas tenía un año y la usaba para trabajar, llevar a su hijo al jardín e ir a la facultad. “Quería patearla o sacarle la llave y ahí me pega el segundo disparo”, añadió sobre el balazo que le impactó en la pierna. Además, hubo un tercer disparo que fue a la casilla de gas.
“Pensando en frío creo que si yo hubiera reaccionado empujándolos o si el disparo me hubiera pegado quizás yo hoy no esté acá”, reflexionó Silva y se indignó: “Ellos tiraron a matar”. “Cuando vieron que me quise defender tiraron a matar, sin siquiera mediar palabra vieron que me intenté resistir y dieron fuego”, agregó.
Disparo
Ernesto Silva fue atendido en el Hospital de Urgencias, donde le indicaron reposo por una semana. La bala está alojada en su pantorrilla y seguirá allí hasta que el cuerpo la expulse. “Me dijeron que no llegó al hueso, rompió varios nervios”, comentó y dijo que deberá permanecer con la pierna en alto por tres días.
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Por otro lado, aseguró que no tiene novedades de la moto y que el accionar policial fue “muy defectuoso” porque solo le informaron que vieron a los motochoros huir para barrio Lamadrid. “Solo me dieron ese dato, no me dijeron que la siguieron o que la hayan ido a buscar”, se indignó.
En ese sentido, pidió más seguridad y denunció que en su barrio hay asaltos a diario. “Hacen sonar las alarmas comunitarias seguido, no hay luminarias y casi siempre son las mismas motos las que intentan robar”, expresó Silva y concluyó: “Esta situación es bastante fea, hoy me pasó a mí pero mañana le puede pasar al hijo de alguien, un anciano, una embarazada. Que te roben con esa impunidad es lamentable”.