La historia de Agustín Bourges es un ejemplo de vida que merece ser contado y compartido. Este adolescente, con capacidades diferentes, vive en la localidad cordobesa de Laborde y nunca olvidará el maravilloso año que vivió de la mano del fútbol, el deporte que ama desde niño.
Aunque no puede caminar y apenas mueve sus brazos, sus padres le consiguieron una silla de ruedas eléctrica, después de moverse durante mucho tiempo. Eso le permitió cumplir, de cierta manera, el sueño de su vida.
Lucas Caudana, profesor de Educación Física y entrenador de fútbol, lo conocé a él y su familia desde chico. "Comenzaron juntos el jardín con mi hermano menor y ahí se empezó a fomentar una amistad con sus padres y con Agus que cada vez se hizo más fuerte y linda, a medida que pasaron los años comencé a trabajar con él en los veranos en la pileta de su casa, y desde este año también en el fútbol", nos cuenta.
"Agustín tiene un corazón grande como Argentina al igual que sus padres que son dos leones de la vida"
Caudana conduce el equipo de la categoría sub 13 del club Olimpo de Laborde, del cual es fanático Agustín (junto a su amado River). Hacía tiempo que quería sumar a Agus a su equipo de trabajo. "Por diferentes motivos la idea quedaba truncada, pero este año cuando los padres Mily y Carmen pudieron conseguir una silla espectacular para que él pueda estar y trasladarse mucho mejor por sí solo, me dije a mi mismo 'este es el momento justo'", relata.
Lucas le consultó su idea a los padres, a los dirigentes de Olimpo, a otros profesores y a los padres de los chicos que él dirige. Todos aceptaron sin dudarlo. Las autoridades de la Liga Beccar Varela, a la que pertenecen, dieron el visto bueno y Agus consiguió su carnet de ayudante de campo. Cómo si fuera poco, el torneo de la categoría Sub 13 se llamó “Copa Agustín Bourges”.
Durante todo el año, Agustín acompañó Lucas y a los jugadores por las canchas de toda la zona. "Estuvimos a cargo de un grupo de 27 chicos espectaculares y de un corazón enorme que lo integraron como uno más de ellos enseguida, lo cuidan, escuchan, charlan, bromean todo el tiempo, después de los entrenamientos lo acompañan hasta la casa, lo invitan a los cumples. Agus se hiso 27 amigos nuevos que lo quieren y respetan incondicionalmente", dice Caudana.
La frutilla del postre fue que Agustín pudo levantar la copa con su nombre ya que la sub13 de Olimpo ganó los dos campeonatos (Apertura y Clausura) manera invicta.
"Esta es la historia más linda que vi en mi vida, sus padres tienen el amor mas grande que jamás vi hacia un hijo, mueven cielo y tierra para que el esté bien, y Agus es un chico que hoy, gracias al fútbol, está cumpliendo su mayor sueño en la vida pero por sobre todas las cosas es FELIZ", concluye el orgulloso profe Lucas.