El asalto ocurrió en plena siesta del jueves 29 de diciembre en una despensa-kiosco que abrió hace cuatro meses en la calle Caseros al 800, apenas a un par de cuadras de la Municipalidad de Córdoba y el Palacio de Justicia.
Una pareja de ladrones ingresó con el pretexto de comprar una gaseosa y sorprendió al empleado del local. Un tercer delincuente hombre entró segundos después. Tras amenazarlo con sacar un arma, lo llevaron al baño, lo ataron con sus propios cordones de las zapatillas y lo encerraron.
Allí dieron la vuelta al mostrador y se llevaron todo el dinero de la caja, además de diversos productos como encendedores, energizantes y hasta toallas femeninas. La ladrona mujer se dio el lujo de abrir un paquete de papas fritas y se puso a comerlas mientras cometía el asalto.
Los rostros de los tres delincuentes quedaron registrados perfectamente por las cámaras de seguridad del negocio. Así lo muestran las imágenes que nos envió el dueño del lugar:
El comercio ya sufrió tres robos desde que abrieron. "En el primero, unos vecinos lograron atrapar al ladrón", nos contó Gabriel Pacheco. Además, relató que hizo la denuncia en la Comisaría Tercera de la calle Santa Rosa y todavía le pidieron los videos.
En ese sector son continuados los robos a los negocios y a la gente que circula por las veredas, por ejemplo a los que esperan a la salida del Sanatorio Santo Tomás. Entre los comerciantes, armaron un grupo de WhatsApp en el que incluyeron al comisario pero no lograron mayor vigilancia. Los comerciantes creen que es "zona liberada" y sospechan de personas que viven en un edificio abandonado de calle José de Calasanz.