La pandemia nos cambió, en algunos casos nos golpeó y en otras nos hizo ver las cosas de manera diferente.
Claudia Santillán vive en la localidad de Malvinas Argentinas, tiene 53 años, 4 hijos y 6 nietos. Hace tiempo en su cabeza estaba la idea de terminar el colegio, pero por trabajo u otras cuestiones siempre esto pasaba a segundo plano. El cambio llegó en septiembre del año pasado cuando en una de las tantas clases virtuales, una de sus nietas le preguntó una duda en matemáticas que no pudo responder.
Fue el envión justo para dar el puntapié inicial. En marzo decidió comenzar las clases para terminar el secundario, primero fueron presenciales y luego virtuales. Tuvo la compleja tarea, a su edad, de aprender de cero a manejar redes, aplicaciones y mails. “Fue difícil”, reconoció. Pero no fue un obstáculo para su propósito: aprender para ayudar a sus nietos.
+ MIRÁ MÁS: La foto de la pandemia: una enfermera rindió un examen mientras hisopaba en Córdoba
Cuando la virtualidad le estaba complicando las cosas, hubo otro momento que la ayudó a seguir. Abel Pintos anunció que quería terminar el secundario. Escucharlo le dio ese empujón que faltaba para seguir adelante y así lo hizo de la única forma que ella sabe, con esfuerzo y entusiasmo.
Ahora surgió una nueva complicación, el colegio donde ella terminó el primario en Bell Ville ya no existe y le está costando conseguir su legajo. Espera todavía una respuesta del Ministerio de Educación de la Provincia para continuar sus estudios.
Ella asegura que con la fuerza que le da ver a sus nietos aprender, seguramente lo conseguirá. Claudia es un ejemplo de ganas y superación, que esta pandemia no pudo vencer.
+ VIDEO: Claudia Santillán, una abuela que estudia para enseñar