“Tenemos que encontrar a esta parejita en la actualidad”, propuso el usuario de Twitter “@los_11atras”. Y la red fue más social que nunca: la imagen llegó a Lourdes Álvarez, que contestó: “Esta parejita en la actualidad son mis viejos”.
Así, casi dos décadas después, la foto encontró a sus protagonistas. Fue sacada el domingo 20 de septiembre de 1998, y ellos son María José Casares y Augusto Álvarez.
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María José era de San Juan y, con sólo 19 años, en diciembre de 1997 se mudó a Córdoba. Aquí conoció a Augusto, que tenía 20. Dos meses más tarde, el 20 de febrero de 1998, se pusieron de novios.
Aquel domingo, fueron al Chateau Carreras para ver a Talleres frente a San Lorenzo por la fecha 7 del Torneo Apertura ’98. “Estaban sentados en la popular norte. Empataron 2-2. Hacía mucho frío”, le contó Lourdes, la hija, a ElDoce.tv luego de revivir la historia junto a sus padres.
En aquel partido la “T” ganaba 2-0 y el Ciclón se lo empató. De todas maneras, María José y Augusto festejaron igual: ese día cumplían meses y además, se venía el día de la primavera.
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Tras esa foto, el amor prosperó. En marzo de 1999 se casaron y a los pocos meses tuvieron a su hija. “Cambiar no cambió nada. Nunca se separaron ni se pelearon”, aseguró Lourdes, a casi 20 años de aquella postal.
Hoy, la familia vive en Los Reartes y Augusto es uno de los encargados de la filial de Talleres en Villa General Belgrano. Su amor por la “T” vino desde muy chico: el esposo de una gran amiga de su abuela era Amadeo Nuccetelli, el histórico dirigente y expresidente del Albiazul. Fue el mismísimo Amadeo quien, desde muy chico, llevó a la cancha a Augusto cuando era sólo un niño.
Ese fanatismo se lo trasladó a su pareja María José apenas se mudó a Córdoba y ambos fueron juntos durante años a alentar al Matador. Y la misma pasión se la transmitieron a sus hijos.