Pasadas las 16:00 del miércoles, el termómetro marcaba 25 grados. Debido al alto porcentaje de la humedad, hacía mucho calor para caminar por las calles de Córdoba. Hidratarse es muy importante en el verano y este ladrón no llevaba consigo ninguna botella con líquido.
Por esta razón, no tuvo mejor idea que ingresar a un bar y pedir un vaso de agua. Estaba muy sediento, o al menos esa fue la excusa. La realidad es que quería era otra cosa: adueñarse de lo ajeno, algo común en el currículum de los delincuentes que están a la orden del día.
+ MIRÁ MÁS: Nueva Córdoba: robó una moto de delivery que ni siquiera arrancaba
¿A quién se le niega un vaso de agua? Sin dudarlo, el encargado del bar, ubicado sobre Marcelo T. de Alvear 387, accedió al pedido muy amablemente. En ese transcurso en que fue a la cocina, que fueron milésimas de segundos, el ladrón aprovechó para sacar el celular que estaba atrás del mostrador.
+ VIDEO: las imágenes llegaron a través de El Doce y Vos
Una moza se encontraba justo a su lado, pero no le tembló la mano y se guardó el teléfono en el bolsillo. Cuando regresó el empleado, aceptó el vaso, tomó un trago muy rápido y huyó como si nada hubiera pasado. Parece que tanta sed no tenía.
Minutos más tarde, los empleados observaron que WhatsApp, que había quedado conectado en la computadora (WhatsApp Web), no les funcionaba. Si bien hubo una caída a nivel mundial de las redes sociales, en esta oportunidad se debía a que el teléfono había desaparecido, o mejor dicho, había sido robado. Las cámaras de seguridad detectaron el movimiento perfecto del delincuente.