La gran cantidad de robos que se perpetran en Córdoba llevó a los comerciantes a tomar medidas drásticas. Cámaras de seguridad, rejas y alarmas son algunas de ellas. Pero Nicolás fue más allá: como nada le funcionaba, decidió tener un gas pimienta siempre a mano.
Eso fue lo que lo salvó de un violento robo este jueves alrededor de las 14. Un hombre entró a su veterinaria ubicada en 27 de Abril al 400, en pleno centro de la capital, y le ofreció alfajores. “Me respondió que si no compraba me rompía todo, le vuelvo a decir que no y le pido que se retire, a lo que me tira una piedra”, relató en El Show del Lagarto.
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En ese momento, según Nicolás, entraron cuatro personas más. “Empezaron a atacarme con palos, piedras, mis cajones de plantas, con todo lo que iban encontrando en el piso”, aseguró. Terminó con golpes en la cara, la cabeza y los brazos.
Gas pimienta, clave
El dueño del comercio sostuvo que “venían con la intención de robar”. “Siempre tengo un gas pimienta, lo saqué, los rocié y así fue como logré que salieran del negocio. Las agresiones siguieron afuera y ahí se fueron corriendo”, explicó.
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Detalló que eran “cuatro chicos de entre 15 y 23 años, y una mujer, que es la madre, de unos 45 años”.
De acuerdo al testimonio del comerciante, este grupo está “siempre” en la zona robando teléfonos. “La policía se los vive llevando pero a los dos días los larga. Ayer actuó rápido, antes de la media hora del robo ya estaban presos”, cerró.