No es la primera vez que escuchamos la historia. “Me llegó una multa de la provincia de Buenos Aires y yo nunca estuve ahí”, así comienza el relato de uno de los damnificados. Pero no es el único.
Después del comentario en programa Arriba Córdoba sobre un caso de fotomulta, nos llovieron historias a través de El Doce y Vos, casos de automovilistas cordobeses que recibieron el mismo formulario de otras provincias.
El primero caso. Según el dueño del auto que se nombra en la multa, nunca pasó por ese lugar y ni siquiera estuvo en Buenos Aires. Lo que llama la atención es la calidad de la multa, la falta de fotografía y el monto que deberá pagar. En este caso, lo primero que hay que hacer es determinar si la multa es falsa o real.
Guillermo Montenegro, presidente de la Cámara Mediterránea de Comercio Electrónico de la Provincia de Córdoba, nos explicó cinco características para identificar si se trata de una multa falsa y nos envió las fotos de las que son verdaderas.
- Color y características del papel. Las multas que realiza el gobierno de la ciudad de Buenos Aires están impresas en un papel de dos colores: gris y amarillo:
- Están acompañadas de dos fotos. Una del auto y un zoom, un acercamiento a la patente.
- La multa será enviada al titular del auto según el Registro Nacional del Automotor, independientemente de quién maneja el auto al momento de la infracción.
- Costo de la multa. Tiene que ser acorde con los montos establecidos en la normativa vigente.
- Fecha y lugar. Deberá coincidir con el momento en que el conductor pasó por el lugar donde se registró la fotomulta. En general, en Buenos Aires, los radares y cámaras están ubicadas en autopistas y avenidas importantes.
Según estas características, la multa que vimos más arriba no cumple con ninguna que comprueben su veracidad. La calidad del papel, los colores, la falta de fotos y sobre todo el monto de la multa. Muchos evalúan que 482 pesos es demasiado poco como para tomarse todas las molestias que representa apelar la multa. De todas maneras, en estos casos, además de no pagarla, debe asesorarse con un abogado.
Otros casos. Alejandra nos contó que en abril de 2016 pagó una multa de 3500 pesos por una infracción que nunca cometió. El auto que figuraba en el formulario nunca estuvo en Buenos Aires. Sin embargo como su titular estaba a punto de hacer una transferencia, decidió pagarla. Sobre todo porque intentó, a través de numerosas llamadas y cartas, explicar la situación y nunca tuvo respuesta.
El otro caso es más complejo. Si bien coincide con todas las características expuestas, el damnificado asegura que no es su auto. Él tiene una camioneta y la foto de la multa es de un auto.
Patentes mellizas. Puede ser el caso de los dos últimos casos. Por eso, deberán buscar un abogado para asesorarse de los pasos a seguir.
Un dato extra. Si la multa es trucha, es sumamente fácil identificar a dónde va el dinero del pago. Según nos explicó Guillermo Montenegro, todas las multas tienen un código de barras. Cuando se paga, el ticket que se genera permite identificar la cuenta a donde fue destinado el dinero. Sólo es cuestión de que alguien denuncie para que pueda investigarse de manera seria.