Dos mujeres que no se conocían terminaron siendo víctimas de violencia de género e institucional en Córdoba. Una de ellas sufrió golpes de su expareja que le desfiguraron la cara. La otra, agente policial, fue la única que la ayudó y ahora denuncia amenazas de sus superiores en la Fuerza.
El comienzo de la historia tuvo lugar el pasado 6 de julio. Una mujer fue brutalmente agredida por su ex, que violó la prisión domiciliaria y la orden de restricción.
El hombre de 28 años llegó hasta la casa de la víctima, la golpeó y escapó del lugar. Cabe remarcar que el agresor estuvo nueve meses preso por violencia de género contra su expareja.
"Estaba en mi casa con mis hijos y tocaron fuerte la puerta", arrancó el relato la mujer en diálogo con Telenoche. Como no obtuvo respuestas al preguntar quién era, por temor activó su botón antipánico: "No hubo caso, no me atendían ni me hablaban".
El agresor logró entrar al domicilio y se le abalanzó encima. Le pegó y con un cuchillo le cortó el rostro. "Empecé a gritar y él se fue. Tuve que ir a la guardia del hospital porque la Policía no llegaba", contó con miedo.
Mientras se atendía en el centro de salud, finalmente se presentó un patrullero policial en su casa. Su hermana los atendió y los agentes le dijeron que "el botón antipánico estaba sin batería".
La mujer aseguró que del hospital se dirigió a una comisaría: "Esperé dos horas para hacer la denuncia. En ningún momento me preguntaron qué necesitaba y ni me tomaron la denuncia". Sin respuestas claras, volvió a su hogar.
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En las siguientes horas la Policía apareció dos veces más. "Llegó un segundo móvil que tampoco me asistió", siguió su testimonio la mujer. Minutos después, entra en la historia la otra protagonista, una agente que denuncia violencia institucional luego de su procedimiento en el caso.
Ayuda y amenazas
La mujer policía se acercó a la vivienda en último lugar. "Se tomó la molestia de verme, tomarme la declaración, recoger la cuchilla y brindarme asistencia médica", sostuvo la víctima de violencia de género.
En su testimonio con Telenoche, la agente brindó más detalles: "Se me notificó de manera arbitraria que debía entregar un procedimiento de violencia de género en el que no había participado".
Afirmó que fue a la casa del episodio en su "vehículo particular". Realizado el protocolo correspondiente, hizo entrega de la denuncia en el Polo de la Mujer y además expuso "el mal proceder" de sus compañeros anteriormente.
Según su relato, de ahí en más comenzaron las represalias en la Fuerza: "Primero me cambiaron de guardia y empecé a recibir amenazas por parte de mis superiores. Me pedían que minimizara todo, evitara detalles y que no expusiera cómo habían sido los hechos".
+ VIDEO: el relato de las mujeres en Telenoche:
La oficial confirmó que volvió a denunciar esto y luego le quitaron el arma reglamentaria. "A la salida del Polo me encontré con jefes, que me subieron a un móvil y me llevaron a la central. Ahí me quitaron mi armamento", continuó.
Reiteró que siguieron las "amenazas telefónicas de oficiales jefes". "Me pidieron que deponga mi actitud y no inste penalmente porque si seguía así no llegaba a los 15 años de servicio", narró.
Por último, la policía aseguró que desde el Polo de la Mujer le "desestimaron" la denuncia que hizo por violencia institucional. "Creyeron que no hubo argumentos", concluyó.