Los certificados expedidos por la mencionada médica y cuyo sello cuenta con matriculas apócrifas son considerados como actos de buena fe por quienes deberían responder sobre la contratación de una persona que dice ser quien no es. La mujer trabajaba en un dispensario municipal, en clínicas privadas y servicios de emergencia. Otro caso similar sucedió en San Antonio de Arredondo.