Si bien estos asuntos asuntos deben ser conocidos por el público en general, es totalmente legítimo preguntarse si es legal la difusión de audios y otros materiales que están en manos de la justicia. Con respecto a los audios filtrados sobre Lázaro Báez, el periodismo decidió recalcar que el testaferro tenía alguna especie de novia o amante, cuestión que es totalmente irrelevante para la investigación sobre la malversación de fondos públicos.
Si tiene una amante o no, eso es un asunto privado de Báez, y no del periodismo, la farándula o la política.