Oberlin había cobrado una indemnización estatal por el asesinato de su padre en los años 70, dinero con el cual compró el terreno en donde ahora se levanta el centro de contención juvenil. Este edificio de proporciones gigantescas, una vez terminado, contará con instalaciones recreativas que sirvan de sosten para los talleres, y los jóvenes que los integran.
Aparte del padre Oberlin, en la obra participaron unos 35 jóvenes. A su vez, de los talleres participan unas 700 personas.
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