Si bien el viaje no es gratuito, el taxista les regala a sus pasajeros una bolsa de caramelos. Y una vez finalizada la jornada, deja su automóvil y se sube al trineo para repartir los jugetes a todos los niños y niñas del país.
El tarifazo también se sintió en el polo norte, porque Papá Noel decidió en la previa de la navidad, manejar un taxi por las calles de la ciudad.
El taxi de Papá Noel