La jueza les hizo una propuesta a los delincuentes: Podían ingresar a una cárcel y cumplir su sentencia, o podían leer "El Alquimista" de Paulo Coelho y "Padre Rico y Padre Pobre" de Robert Kiyosaki. A su vez, en caso de optar por la segunda opción, los detenidos debían presentar una declaración jurada de que asistieron a clases por un plazo de 4 años, ya que son estudiantes universitarios.
La desición tomada por la jueza a cargo del caso tiene sus tonos de ironía: Ambos libros son reconocidas obras de autoayuda, las cuales pueden ser particularmente densas para aquellas personas que no estén predispuestas a leerlas.
Mirá el video para saber cómo termina esta curiosa historia.