La exportación de carne podrida en mal estado desde Brasil hacia la Unión Europea, Corea del Sur y Chile causó un revuelo a nivel mundial. Los países en cuestión suspendieron el ingreso de las carnes por precaución. La situación abre el mercado a los productos argentinos, la cuestión ahora es certificar que somos capaces de competir respetando los estandares de calidad e higiene.
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