Sofocar el fuego ocupó 15 días de trabajo arduo y la piedad del cielo que mando la lluvia en el momento exacto. Salvando la distancia del tiempo, el siniestro ocurrido actualmente en la selva de Brasil recuerda la voracidad de los agricultores que en su afán de ganar espacio matan la esperanza del ser humano de vivir en armonía, explicó el voluntario.