El dueño contó que estaba yendo a cocinar algo para unos amigos. A la hora de la explosión, el negocio no estaba abierto al público. Él prendió el horno y luego sintió un olor a gas que se estaba filtrando.
Con respecto a la cuestión de la legalidad del negocio, la instalación de la garrafa fue hecha por un gasista matriculado. De acuerdo al dueño, Ecogas tendría que haberse hecho responsable por la colocación de una garrafa que no estaba habilitada para ese uso.
Diego dijo también que con este estallido, él, aparte de perder su negocio, perdió su auto y su casa.
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