En agosto del año pasado y casi como una broma, Romina le hizo un comentario a su hermano y encendió una luz de esperanza. Ella, que ya es madre de cuatro niños, quería prestarles el vientre para que Andrea y Julián completen su familia y puedan ser padres.
La broma poco a poco empezó a tomar forma. Abogados, averiguaciones y la sorpresa de entender que si bien “no existía una ley que los ampare, tampoco existía una ley que lo prohíba”.
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