Juan Schiaretti fue reelegido como gobernador, y Martín Llaryora fue votado para asumir el cargo de intendente. El éxito del peronismo en estos comicios mostró indicios de cambios en la estructura de Unión por Córdoba, el cual apuesta a la introducción de candidatos relativamente jóvenes en la política.
A su vez, los mismos perdedores también ganaron. Tando De Loredo, como Quinteros y Riutort tuvieron la suficiente cantidad de votos para ir al Concejo Deliberante. La inclusión de candidatos le suma credibilidad a dicho espacio, ya que fomenta el diálogo entre ex-candidatos con ideas claras.
Además, estas elecciones se llevaron a cabo sin una gran cantidad de votos impugnados o nulos. Cabe destacar que hubo cierta "campaña de miedo" con respecto al uso de la boleta única en los comicios, pero aún así el pueblo cordobés se expresó en las urnas sin ningún problema.