El Ministro de Hacienda parece estar empeñado en demostrar que no está dispuesto en hacer lo que pide. Lejos de la austeridad, nuestros impuestos financian las galletitas de chocoarroz que nunca pueden faltarle como golosina y cuya caja vale $360. Una cena privada que realizó en su casa para homenajear al FMI nos costó $31.100. Financiamos también los $5.389 dólares que pagó por almuerzos de trabajo y 1.425 dólares para un chófer que lo traslado durante 5 días. ¿La austeridad es solamente para el pueblo?