El viernes conocimos la noticia que nadie quería escuchar. Ana Rosa Barrera, la mujer que se encontraba desaparecida desde el lunes pasado fue encontrada muerta. Marcelo Javier Ferrareto, el esposo, no solamente la mato sino que la descuartizó y enterró las partes de su cuerpo en un basurero. Fuera de los límites de la cordura, el asesino dio notas periodísticas sabiendo que momentos atrás había cavado un pozo para desaparecer la evidencia. Después de un arduo interrogatorio, las alarmas de los investigadores se encendieron por las incoherencias expresadas al momento de relatar la forma en que encontró el auto. Se conocieron detalles de la personalidad controladora del asesino.
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