Ezequiel Sabor recibió a la tripulación del navío vestido de bermudas, camiseta deportiva y sombrero. La elección de la vestimenta recibió críticas desde las fuerzas armadas, ya que se trataba de un acto cuya formalidad no está sujeta a cambios. La embajada luego presentó un comunicado oficial explicando que "el evento incluía únicamente actividades náuticas, motivo por el cual el embajador Sabor se encontraba con vestimenta deportiva y no la etiqueta que merece un almuerzo en la histórica fragata".