El ex-soldado del país de medio oriente vivía en Mendoza cuando asesinó a su tía y su madre. Una vez que el caso llegó ante la fiscalía, los jueces quedaron desconcertados, ya que Pereg empezó a orinar en medio de la audiencia, argumentando que él se sentía como un gato.
En medio del desbarajuste, la Policía Científica revisaba la casa del acusado, donde se encontró alrededor de doce gatos. Cabe destacar que el ex-militar pidió a la justicia que le llevasen sus mascotas a la celda, en caso de ser encarcelado.
¿Pereg estaba actuando para que la justicia no lo condene, o acaso es un hombre que sufre alguna enfermedad mental? Una serie de estudios psiquiátricos no pudieron encontrar ningún rastro de demencia o enfermedades afines. Mirá el video para saber mas sobre este interesante caso.