Durante más de diez años, Darcie Kitchener no lograba comprender qué le ocurría a su cuerpo. El aumento de peso inexplicable, los desequilibrios hormonales y la pérdida de cabello la hicieron creer que sufría de síndrome de ovario poliquístico.
Sin embargo, una consulta médica de rutina cambió por completo el rumbo de su historia: los estudios revelaron que no estaba embarazada ni padecía PCOS, sino que alojaba en su abdomen un teratoma de 22 centímetros.
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El diagnóstico llegó tras una resonancia magnética que dejó desconcertado al equipo médico. El tumor, un tipo de masa inusual que puede contener tejidos como pelo, hueso, dientes e incluso músculo, había crecido silenciosamente hasta alcanzar el tamaño aproximado de un feto de seis meses. “Pasé meses aterrada sabiendo que eso estaba dentro de mí”, relató Darcie, de 30 años.

Aunque su teratoma no contenía dientes, sí albergaba cabello y una gran cantidad de hueso. En un intento por afrontar la situación con algo de humor, decidió bautizar al tumor: “Lo llamamos Gemma”, dijo. La operación para extirparlo fue extensa, pero exitosa. Finalmente, pudo retomar su vida cotidiana, aunque admite que la espera fue una de las etapas más difíciles.
“Desde los 20 años notaba que subía de peso sin razón aparente y no entendía por qué”, contó. Tras la cirugía, decidió compartir su historia en redes sociales, donde sorprendió por su sinceridad y el tono irónico con el que abordó la experiencia. “Todo el mundo me pregunta cómo bajé de peso. Bueno, di a luz a una bebé llamada Gemma, hecha de hueso y pelo, y ya no está conmigo”, publicó en sus redes, generando una ola de reacciones.
El caso captó rápidamente la atención de los medios británicos, ya que este tipo de tumores, aunque benignos, son poco frecuentes y se originan a partir de células embrionarias.
Pueden desarrollarse durante años sin presentar síntomas evidentes. Los especialistas subrayaron la importancia de un diagnóstico temprano para evitar riesgos mayores, destacando que, pese a lo impactante del hallazgo, el pronóstico suele ser favorable con tratamiento quirúrgico adecuado.