La conmoción por la muerte del turista argentino en Río de Janeiro no deja de crecer y la investigación apunta ahora a una peligrosa modalidad criminal conocida en Brasil como “Boa Noite, Cinderela” (Buenas noches, Cenicienta), equivalente a lo que en Argentina se conoce como “viudas negras”.
El cuerpo de Alejandro Ainsworth, de 54 años, fue hallado el lunes en la zona oeste de la ciudad carioca, un día después de que se denunciara su desaparición. Según confirmaron desde la Polícia Civil, el cadáver no presentaba signos de violencia externa, lo que refuerza la hipótesis de que fue drogado y asaltado.
La modalidad delictiva consiste en suministrar sustancias a la víctima para anular su voluntad, robarle dinero, pertenencias e incluso aprovechar su validación biométrica para realizar transacciones bancarias. En el caso de Ainsworth, la familia denunció movimientos sospechosos: extracciones, préstamos y cambios de contraseñas en sus cuentas. Medios brasileños precisaron que los delincuentes lograron retirar unos US$ 3500 y aprobar créditos antes de que las operaciones fueran bloqueadas.
La línea de tiempo reconstruida por los investigadores ubica a Ainsworth saliendo de su hospedaje el domingo a la noche. Entre la madrugada del lunes y la noche del martes se registraron las maniobras bancarias y actividad de su celular, lo que refuerza la hipótesis de que los responsables utilizaron sus datos biométricos para acceder a las cuentas.
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La pesquisa está ahora en manos de la unidad de homicidios de la Polícia Civil, que dispuso el análisis de cámaras públicas y privadas, antenas de telefonía y operaciones financieras. La familia del argentino, que trabajaba como gerente administrativo en una red de laboratorios, permanece en contacto con autoridades argentinas y brasileñas a la espera de los resultados de las pericias y de la entrega del cuerpo para su repatriación.
Según datos oficiales, en el último año Río de Janeiro registró al menos tres muertes vinculadas a esta modalidad, todas con víctimas turistas que desaparecieron tras salir de sus alojamientos y presentaron luego movimientos financieros irregulares. Hasta el momento, no hay detenidos por el crimen de Ainsworth.